viernes, 25 de febrero de 2011

La reforma de las pensiones: una sociedad dormida.

Los presidentes de la Ceoe, Juan Rosell (izquierda), y Cepyme, Jesús Terciado (derecha), junto a Zapatero, Gómez, Toxo y Méndez, tras firmar el pacto ayer.

Miradlos. ¡ Están felices, pletóricos, ufanos! ¡Lo han conseguido! Trabajaremos más años hasta poder jubilarnos y, cuando lo hagamos, cobraremos pensiones más bajas. Hay que reconocerles el logro.

Observad que el marketing político está a la última. Aparte de esas sonrisas y manos unidas, como en esos corros que hacen algunos equipos de distintos deportes antes de comenzar el partido para animarse, se montó todo un decorado "ad hoc", con logo y murales de fondo incluidos. Para pensiones no habrá dinero, pero para cualquier gasto susceptible de generar rédito electoral no falta. Con el Plan-E (sí, ese que iba a sacarnos de la crisis, no se rían) llegamos al esperpento de que hubo inversiones de menos importe que el gigantesco cartel que las anunciaba...

Muchas han sido las cosas que me han llamado la atención de todo esto de la reforma de las pensiones y que no dejan lugar a dudas de que los políticos y otros acólitos (como asociaciones empresariales y, muy especialmente, los sindicatos) nos toman el pelo a los españoles. Señalaré algunas cosas sobre este episódico esperpento:

1.- Hasta que el Gobierno decidió acometer esta reforma, quienes manifestaban que las futuras pensiones estaban en peligro, mentían, alarmaban falsamente a la ciudadanía y eran unos antipatriotas. El Pacto de Toledo garantizaba por siempre jamás el futuro de las pensiones públicas...

Pues bien, ahora el Gobierno les da plenamente la razón a los que no hace mucho tachaba de "alarmistas" y, lejos de presentar este acuerdo como un mal necesario, nos lo vende como un gran logro. ¡Qué jeta y que manera de tratar al personal como auténticos gilipollas!

Aparte de ese futuro negro de la viabilidad financiera del sistema, por la evolución demográfica y el aumento de la esperanza de vida, lo que pasa es que con estos niveles de paro, la caja de la Seguridad Social no daba ya ni para asegurar las pensiones antes del fin de la actual legislatura. Poco más y "el angelito" tiene que pedirle el dinerito a Merkel para pagar la mensualidad...

Por mucho que confíe Zapatero-y sabemos que el chico no tiene precisamente una visión modesta de sus capacidades-, en su dominio del arte del camelo, en sus dotes de hacer tragar sapos y culebras a los españolitos, ¿de qué iba a atreverse si no, a adoptar una medida previsiblemente impopular? Todos conocemos su tendencia al cortoplacismo, a salvar el escollo de la semana y a seguir tirando, así como a regalarle los oídos al personal y esquivar lo impopular (sólo ha tomado medidas impopulares cuando se las han impuesto desde Europa a la vista del descalabro económico que se avecinaba en Estaña, al modo de Grecia e Irlanda). Su estrategia ha sido siempre la de resolver el problema (su problema) del día, independientemente de las consecuencias futuras, pues ya serán otros (los de otro partido) o a otro (el socialista que le suceda) solucionar el problema.

Este es uno de los grandes males de la democracia. Como el mandato tiene fecha de caducidad, al mandamás de turno nada de lo que suceda más allá de su mandato, le importa. Para ejemplo, la deuda que Gallardón ha generado en el Ayuntamiento de Madrid. Pero, bueno, ese es un problema mucho más amplio.

El Gobierno y sus satélites (en este caso, llamados pomposamente "agentes sociales") tienen la desfachatez de presentar esta reforma de las pensiones como la solución final y, al mismo tiempo, nos van aplicando la vaselina en el sitio donde la espalda pierde su casto nombre, advirtiéndonos de que no se descarta que en el futuro haya que reformar de nuevo, endureciendo aún más las condiciones.

2. - Se trata de una de las decisiones políticas de mayor calado de los últimos años y lejos de debatirse, a fondo y con datos transparentes para la ciudadanía en el Parlamento, donde reside la soberanía popular y están nuestros representantes legítimamente elegidos, se cocina en la trastienda entre el Gobierno y los sindicatos (y con las organizaciones empresariales de mamporreros para facilitar el acoplamiento final de las dos partes). Luego, por un quítame allá esas pajas, se monta un debate en el Congreso y una polémica mediática del copón. Y lo trascendente se ventila sin debate, a todo meter, con una muy reducida repercusión social. Sin ir más lejos, los ya célebres trajes de Camps han ocupado, y ocuparán, muchas más horas de radio y televisión y columnas de prensa.

Los temas esenciales se hurtan al Parlamento y para colmo se negocian con entidades cuya legitimación es un arcano misterio. ¿Qué porcentaje de trabajadores están afiliados a los dos sindicatos mayoritarios y, consiguientemente, se pueden entender representados por ellos? ¿Y la representación de los empresarios? Es de coña. Yo digo quienes son los interlocutores, negocio en secreto y ya, cuando sea un hecho consumado, que me lo convaliden en las Cortes... Y que se treva alguien a discrepar, a romper el "consenso con los interlocutores sociales".

Por otra parte, ¿por qué esas prisas? Acuerdo en la madrugada e inclusión en el Consejo de Ministros del día siguiente y corriendo al BOE. Chapuza segura. Se legisla de pena.

3.- ¿Por qué lo han aceptado los sindicatos con docilidad estas medidas, sin más que un poco de teatrillo de rechazo? Pues yo creo que se han dado varios factores. De una parte, el fracaso de la huelga general por el retraso de la edad de jubilación que les ha hecho ver que la sociedad española no está precisamente muy sensibilizada y movilizada por esta tema de las futuras pensiones. De otra, porque dicho vulgarmente "han pillado cacho". Han vendido su aceptación de tan graves medidas. En el futuro, van a tener un papel mucho más activo en la formación de los parados y en las "políticas de empleo", en general. Poniéndolo en plata. Se van a llevar un pastón de dinero público con el rollo de la formación. Ya viven del presupuesto (esto es, de nuestros impuestos), pero aún van a cobrar más. Han asegurao el futuro económico, es cierto, empezando por el suyo.

"Políticas activas de empleo"... ¡Cualquier bolsa de trabajo o departamento de carreras profesionales de cualquier centro de enseñanza es cien veces más eficaz que el INEM en gestionar ofertas de empleo! El INEM es una entidad que gestiona el reconocimiento y pago de las prestaciones y subsidio por desempleo y, en lo demás, es un auténtico fracaso.

4.- Otra cuestión digna de análisis es lo que cabría denominar el "prejuicio ideológico" o el "sesgo partidista" que rige la actuación de los sindicatos españoles, desde los dos principales sindicatos a los de la función pública.

¿Se imaginan ustedes la reacción que habría tenido el funcionariado si hubiera sido Aznar el que les reduejar los salarios? ¿Y si, además, retrasa la edad de jubilación y endurece las condiciones de devengo y cuantía de las pensiones por jubilación? Las huelgas y las manifestaciones habrían sido de órdago. En fin, buena parte de España sigue pensando en términos de "los nuestros" y los otros, en dos bandos, de tal modo que a los del propio bando se les tolera todo y a los otros no se les pasa ni una.

4.- En Francia la ciudadanía ha tenido que tragar, finalmente, pero por lo menos han plantado cara a medidas similares. Imagino la ira de los franceses si Sarkozy les monta, encima, una pantomima como la de la foto de arriba. Puede haber parte de estoicismo y realismo en la reacción de los españoles, pero creo que, por encima de todo, es atribuible a un hastío total de la política que nos lleva ya a unos niveles extremos de borreguil docilidad, cercanos a los del "cornudo y apaleado".

5.- No se entiende que con unas pensiones que no están plenamente aseguradas y que, en todo caso, van a ser exiguas, no se estimule el ahorro privado para la jubilación, tanto el individual como el colectivo (empresas).  No hace tanto se empeoró sustancialmente la fiscalidad de los planes de pensiones (eliminación de la reducción al cobro en forma de capital, con efectos desde 1 de enero de 2008, si no recuerdo mal).  Nada, que nos fríen a impuestos y nos obligan a ser pobres cuando seamos viejos.

6.- ¿Y Mariano que piensa de todo esto? ¿Lo saben ustedes? Yo no me he enterado. En su línea de que las cosas caigan por su propio peso. Y si habla nos dice "España necesita lo que necesita", "hay que hacer lo que se debe hacer" y otras joyas retóricas. A esperar que Zapatero se estrelle solo y que la ciudadanía acuda en masa a pedirle que lo arregle. No cabe duda de que paciente es. Otra cosa son su dotes de liderazgo, su visión política, su carisma, su personalidad activa y creativa... Si algún día llega al Gobierno (veremos si no son los nacionalistas cvatalanes y vascos los que le den la llave al próximo inquilino de La Moncloa) pasará a la imaginería popular como ejemplo de que la paciencia, la insistencia, la indefinición, el mero resistir tienen su premio. Nada de riesgos, nada de distinguirse, nada de llamar la atención, a esperar que las cosas lleguen por el error o el agotamiento de otros. "A todo cerdo le llega su San Martín", "no hay mal que cien años dure", "el que la sigue la consigue", "el que resiste, gana", refranes y máximas del saber popular, grabados a fuego, en la mente de este fugaz registrador de la propiedad.

Por cierto, que si algún día nos gobierna Mariano se confirmará que hay dos condiciones invariables para ser Presidente del Gobierno de España: ser licenciado en Derecho y no saber inglés. Otra tercera es tener pelo (Manuel Fraga, Miguel Roca y Joaquín Almunia fracasaron); pero sería necesario un nuevo fracaso de un calvo (¿Rubalcaba?) para elevarlo a categoría. El inefable José Bono, para mi el paradigma del político camelador, jeta e hipócrita, también habría servido para el experimento, pero como se ha hecho un implante capilar ya no nos serviría. Dicho sea de paso, donde mejor estaría José Bono, Pepe para los amigos, es de Ministro de Economía. A la vista del patrimonio que ha conseguido sin más ingresos que sus sueldos oficiales, es el hombre adecuado para una situación crítica como esta. El sí que sabe como administrar. Hasta los cabellos multiplica...





Volviendo al tema de las pensiones, no discuto que la reforma de las pensiones sea un mal necesario. Y habría que matizar lo de necesario, ya que hay responsabilidades políticas en haber llegado a esta situación. Pero que no tengan el morro de presentárnoslo como un éxito. ¿Qué cojones va a ser un éxito tener que trabajar más años y cobrar menos? Es un fracaso del Estado del Bienestar español. No alcanza el dinero. Parece mentira que haya tanto gasto inútil y falte para lo esencial, la verdad sea dicha.

http://www.elpais.com/articulo/espana/acuerdo/pensiones/da/paso/gran/pacto/social/elpepuesp/20110128elpepunac_3/Tes

http://blogs.20minutos.es/rosyrunrun/2008/09/05/el-pelo-muaaeca-bono/

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