lunes, 25 de abril de 2011

Real Madrid - F.C. Barcelona. 1-1 en liga y 1-0 final de Copa

El partido de liga (1-1) en el Bernabéu

El primero de los encuentros entre los dos grandes de España y, probablemente en estos momentos también entre los dos mejores equipos del mundo, perdió importancia a raíz de que el Real Madrid perdiera en su propio campo ante el Sporting de Gijón y que el Barça aumentara hasta 8 puntos la diferencia entre ambos. Para colmo con un 5-0 en el clásico en la primera vuelta, lo que prácticamente aseguraba que el golaveraje particular sería favorable al líder.

Vimos a un Real Madrid muy defensivo, totalmente replegado en su campo, el cual permitía al Barça iniciar cómodamente la jugada y confiaba su poder ofensivo a algún veloz contraataque aislado. El local salió pura y llanamente a no perder. Por su parte, el Barça se dosificó bastante. Consciente de que el empate le seguía dejando la liga en bandeja y de que a la vuelta de la esquina les esperaban a ambos equipos nuevos y decisivos enfrentamientos se mostró muy contemporizador, conformándose con la posesión del balón, sin buscar el gol con decisión. Messi estuvo muy prudente, aseguró ante todo su integridad física y soltaba el balón con rapidez.

El partido fue pródigo en jugadas polémicas en las áreas y el árbitro lo resolvió con ese criticable “oficio” arbitral que tiene a la compensación, especialmente cuando el primer penalti se señala a favor del equipo visitante. No admitió duda el penalti de Albiol sobre Villa, ni la expulsión del defensa, se ponga como se ponga el histriónico Mourinho, ya que evitó una ocasión manifiesta de gol. Las otras dos jugadas polémicas, la caída de Villa ante Casillas y la de Marcelo con Alves, son muy discutibles. A juicio de quien escribe ninguna de las dos fue penalti. Por tanto, las quejas de Mourinho sobre el arbitraje resultan, una vez más, ajenas a la realidad de los hechos. Pero no descubrimos nada nuevo. El entrenador portugués protesta por sistema. De ese modo, defiende su trabajo al que le añada el mérito de realizarlo contra las circunstancias y, sobre todo, va generando presión sobre los árbitros, ayudado por la parte del sector periodístico que no oculta su partidismo ni su militancia.

El Barça pudo rematar el partido con el 0-1 y un jugador más, pero se conformó con largas posesiones de balón y no buscó el gol con determinación. El Madrid hilvanó algún contraataque aislado, con esa velocidad endiablada que es marca de la casa, en especial la de Cristiano Ronaldo y Di María y en uno de ellos llegó la jugada en que el árbitro consideró que Alves había derribado a su compatriota Marcelo.

Tras el gol, ambos equipos se desinhibieron, se dejaron de táctica y dosificación. Hubo pique. Los locales se animaron con el gol y veían posible ganar, al fin, al Barça y encima remontando un 0-1 y con diez jugadores. Los visitantes se enrabietaron por que se les escapaba una victoria que estaba al alcance de su mano y la posibilidad de celebrar ya prácticamente el título de liga, aparte de ganar por tercera vez consecutiva al Real Madrid en su propio campo.


Final de la Copa del Rey, Real Madrid 1- F.C. Barcelona 0, Valencia, 20 de abril de 2011

Apenas cuatro días después llegó la final soñada, el enfrentamiento máximo del fútbol español y quizás el mayor duelo de clubes del fútbol mundial, pues en estos momentos el Barça y el Real Madrid son, a juicio de muchos, los dos mejores equipos del mundo.

El Real Madrid sorprendió de inicio ejerciendo presión en una posición mucho más adelantada que en el Bernabéu. Consiguió así atascar el juego del Barça, al que le costaba horrores sacar el balón jugado. A mayor abundamiento, el juego se interrumpía constantemente por las faltas y Pinto se mostraba mucho menos habilidoso que Valdés jugando el balón con los pies. El Barça no conseguía acercarse a la portería de Casillas y el Real Madrid en veloces contraataques lograba llevar gran peligro a la portería defendida por Pinto. La ocasión más clara fue un remate de cabeza de Pepe al interior del poste que se paseó en paralelo a la línea de meta. Se impuso en esa jugada la mayor estatura de los jugadores del Real Madrid que, a la postre, resultaría decisiva. Cristiano Ronaldo dispuso de algunas ocasiones que no acabaron en gol bien por falta de puntería del portugués, bien por aciertos de los defensas.

Tras el descanso el panorama cambió radicalmente, la presión del Real Madrid bajó mucho en intensidad y el Barça empezó a hilvanar su juego característico. No obstante, la ordenada y concentrada defensa del Real Madrid impedía que llegaran a su destino los inteligentes pases de los jugadores del Barça. Aun así, el dominio del Barça era tan claro que llegaron las ocasiones. Se señaló un milimétrico fuera de juego a Pedro en una jugada que acabó con un tiro de gol del canario. Después apareció Casillas desviando un tiro de Messi y sobre todo, sacando a córner con la punta de los dedos un ajustadísimo disparo cruzado de Iniesta. Una vez más, Casillas fue decisivo en el éxito del Real Madrid, impidiendo que el mejor momento del rival y de bache de su propio equipo decantaran la final del lado del Barça. Cuando se acercaba el final del partido, el Real Madrid se sacudió el dominio azulgrana y generó una buena ocasión de gol en un gran disparo de Di María con la pierna derecha desde el borde del área que Pinto sacó con la manos más retrasada, la izquierda, en su estirada hacia el palo derecho.

Se llegó a los 90 minutos con el resultado inicial. La balanza no se inclinaba hacia ningún lado. El choque era de intensidad máxima. El mejor juego había sido el del Barça en la segunda parte, pero el Real Madrid había tenido más ocasiones de gol. Pinto parecía más vulnerable que Casillas. El que marcara se llevaba el gato al agua. Ya se había visto con bastante claridad en los 90 minutos y en la prórroga era evidente. El Barça había dejado de dominar en los últimos minutos del partido y la prórroga estaba muy equilibrada cuando Di María se coló por la banda izquierda superando a Alves y realizó un gran centro hacia Cristiano Ronaldo que se elevó, superó al defensa en su salto y conectó un potente remate de cabeza en las cercanías del área pequeña, relativamente colocado, que Pinto no pudo detener. Queda la duda de si de Valdés podría haber parado ese remate. No fue ni mucho menos un fallo del portero, pero tampoco un remate imposible de parar. Durante el partido se notó, en general, que Pinto transmite menos seguridad que Víctor Valdés, así como las dificultades del meta portugués para jugar el balón con los pies. Asimismo, la defensa se muestra más sólida con Pujol y Abidal, dos ausencias muy importantes. El resto de la prórroga fue un baldío intento blaugrana de crear ocasiones de gol con un Real Madrid cerrado a cal y canto.

En definitiva, el Real Madrid se aseguró, al menos, un título esta temporada, consiguió su décimo octava Copa del Rey (le superan el Barça con 25 y el Athletic de Bilbao con 23), competición que se le resistía desde 1993. Pero, sobre todo, consiguió al fin batir a este Barça que parecía imbatible para los blancos y conseguir un rearme moral para el cruce que les espera en semifinales de la Champion’s, tercer y cuatro partido de esta apoteosis de los Barça-Madrid que vivimos esta primavera de 2011.

Vienen ahora las semifinales de Champions. El plato fuerte de esta primavera 2011 tan prolífica en enfrentamientos entre los dos principales equipos de España y, probablemente, del mundo en estos momentos. Un F.C. Barcelona que tendrá ganas de revancha tras su derrota en la Copa del Rey y que querrá confirmar su hegemonía en España y en Europa en los últimos años. Y un Real Madrid, C.F., con mayor confianza en sus posibilidades tras la conquista de la Copa del Rey, loco por acabar con la hegemonía blaugrana y por tratar de conseguir su décima Copa de Europa.

Os remito a lo que he escrito al respecto en SUITE101.NET y que, por razón del contrato que tengo suscrito con ellos, no puedo publicar aquí.



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